Gaia, Pachamama, Tonantzin, Jörd, Diosa Madre, son algunos nombres con los que conocemos a la Madre Tierra en distintas épocas y puntos del planeta.

Muchas civilizaciones a través de la historia han venerado y rendido tributo al lugar donde habitan, pues consideraban a la Tierra, como una buena madre proveedora de todo lo que se tiene.

La idea errónea de que la Tierra y cuanto en ella se genera, es un recurso ilimitado que se puede explotar, usar y degradar en beneficio de la humanidad, ha dado lugar a un planeta contaminado, con climas y ciclos de agua alterados, hábitats perjudicados, poniendo en riesgo la vida como la conocemos.

El interés económico ha dominado la agenda mundial; llegó el momento de darle mayor peso al interés y bienestar ecológico; la Tierra nos lo grita.

Los defensores de la Tierra le han conferido el carácter de un ser viviente, con interés colectivo a quien se debe cuidar, proteger y con interconexión con el propio bienestar humano, ya que nuestra supervivencia depende de la salud de los ecosistemas.

Los derechos de la Madre Tierra han sido promovidos relativamente hace poco tiempo, reconociendo a la tierra como “un sistema viviente con derechos”, y al hablar de éstos, hablamos también de los derechos fundamentales de los seres humanos. Debemos adoptarlos como un propósito común de todos los pueblos y naciones del mundo, con el objetivo de que cada una de las personas que cohabitamos el planeta, seamos conscientes y responsables de él.

Entendiendo a la Madre Tierra como “una comunidad única, indivisible y autorregulada de seres interrelacionados que sostiene, contiene y reproduce a todos los seres que la componen” – Portal Río+20 , se le confiere el carácter de ser viviente junto con todas las formas de vida que la integran.

En la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra promovida en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, se propuso el siguiente decálogo:

La Madre Tierra y todos los seres que la componen tienen los siguientes derechos inherentes:

Derecho a la vida y a existir;

Derecho a ser respetada;

Derecho a la regeneración de su biocapacidad y continuación de sus ciclos y procesos vitales libres de alteraciones humanas;

Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, autorregulados e interrelacionados;

Derecho al agua como fuente de vida;

Derecho al aire limpio;

Derecho a la salud integral;

Derecho a estar libre de contaminación, polución y desechos tóxicos o radioactivos;

Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable;

Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.

Las obligaciones que tenemos los seres humanos para hacer cumplir estos derechos son:

Respetarlos y promoverlos;
Asegurar el bienestar de los ecosistemas;
Restaurar daños provocados;
La no intervención en los procesos de autorestauración;
Establecer medidas de precaución y/o restricción de actividades humanas que afecten el equilibrio natural;
Empoderar a pueblos e instituciones en la defensa de la Madre Tierra, entre otros;

Acciones FIRMES en pro del planeta

Aguas Firmes es un proyecto cuyos pilares están cimentados e interconectados con el cuidado de la Madre Tierra, promoviendo dentro de las comunidades acciones encaminadas además de la regeneración y recarga de los mantos acuíferos de Calera y Apan, también al empoderamiento y la concientización en materia ambiental y cuidado de los recursos hídricos.

Algunas de las acciones ya implementadas son:

693 hectáreas con riego tecnificado
2,412 hectáreas con agricultura de conservación
30,398 metros de barreras de piedra
213,572 plantas nativas reforestadas
141 capacitaciones a la comunidad
Otras obras: cabeceo de cárcavas, presas de gavión, bordos en contorno, barreras corta fuego, brigadas de conservación y limpieza

Con estas acciones contribuimos no sólo a la recarga de los acuíferos, sino a la regeneración de los ecosistemas.

Sigamos trabajando en conjunto por el lugar donde todos habitamos.

Día Mundial de La Madre Tierra

Día Internacional de la Madre Tierra